mercredi 4 février 2009

CHAPAPOTE, de Rafael Amor

¡Ay que pena, Rosalía!
da ver a tus pescadores,
por las costas y las rías
que con lágrimas salobres
tejen redes de osadía
para rescatar la vida
cautiva del chapapote.

¡Ay que dolor de Galicia!
Con las alas embreadas.
La mar, que siempre fue amiga
es una tumba salada.
La espesa muerte extendida
y las voces desoídas
clamando desesperadas.

En una frágil barquita
pero sabia y marinera
al alba el pueblo ha zarpado
para parar la marea
sin más armas que sus manos,
dientes y uñas arrancando
la muerte que lo rodea.

Los caminos del amor
confluyen en su calvario,
vienen de los cuatro puntos,
Rosalía, solidarios.
Vienen como aves heridas
al mandato de la vida
bandadas de voluntarios.

Una y otra vez el pueblo
al que les sobran razones
ante el abuso y la entrega
va fundando corazones
multiplicando latidos
y condenando al olvido
la sombra de los traidores.

Tanto abandono y desprecio
si lo vieras, Rosalía
y a la vez, ¡cuánto coraje!
en medio de la agonía.
luchando con tanto afán,
“ A xusticia po la man”,
nuevamente cantarías.

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